jueves, 3 de mayo de 2007

Cuantos Vientos...



Cuantos vientos han querido guiar mis velas a puerto desconocido, y yo, lo eludo sin temor ante la coraza del miedo que impregna de cáncer las gotas de vida; mares deseosos de mostrar su imponente belleza, mares queriendo mostrarme a su hermano el Ocaso, a su amada viuda, vistiendo bordados hechos solo por la mano de su Padre.
Todos en este mundo tienen algo mío, me han quitado algo, me distraen de la vida que está a mi alrededor y dentro de mí, esa vida… esa vida mía…
Imágenes esperan por mí en algún lugar del mundo que solo conozco por fotos…
Y porqué ese apego constante hacia la mujer que deseo, esa imagen vagamente provocativa, suavemente seductora; desencanto rodante, inhibición que fecunda día tras día la imaginación.
Como podré sin mar alguno hacer mis velas hasta su lecho, coordinar mi alma y mis sueños hacia su rumbo, hacia su historia, hacia mi fin… muero ahora… o moriré en sus brazos!
Sin atreverme tal vez yo pueda probar de su alma la mía… degustar las delicias del afán… sin atreverme tal vez…

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