martes, 30 de septiembre de 2008

Que no se olvide...


Tal y como eres, dueña inconfundible de todos mis olivos,
Intimo gozo que secreta a escondidas tu ojos de milenio,
Magnos reproches de mis pasados te elogian en sumisión a tierra,
Caen mis males por doquier, yacen mis torpes conductas de cara al lecho
donde se celebrarán sus vitalicios funerales…

Te presentas como el callar de la piedra,
ostentando las maravillas de aquel nunca…
que es un ahora… los tiempos se transforman en rostros sin tiempo,
los astros se alinean sin contemplar el mandato del pasado,
los sortilegios se esparcen con el viento en busca de tu presente para
encontrar la razón de la creación,
y así desear la vida después de nuestra muerte…