Cuantos vientos han querido guiar mis velas a puerto desconocido, y yo, lo eludo sin temor ante la coraza del miedo que impregna de cáncer las gotas de vida; mares deseosos de mostrar su imponente belleza, mares queriendo mostrarme a su hermano el Ocaso, a su amada viuda, vistiendo bordados hechos solo por la mano de su Padre.
Todos en este mundo tienen algo mío, me han quitado algo, me distraen de la vida que está a mi alrededor y dentro de mí, esa vida… esa vida mía…
Imágenes esperan por mí en algún lugar del mundo que solo conozco por fotos…
Y porqué ese apego constante hacia la mujer que deseo, esa imagen vagamente provocativa, suavemente seductora; desencanto rodante, inhibición que fecunda día tras día la imaginación.
Como podré sin mar alguno hacer mis velas hasta su lecho, coordinar mi alma y mis sueños hacia su rumbo, hacia su historia, hacia mi fin… muero ahora… o moriré en sus brazos!
Sin atreverme tal vez yo pueda probar de su alma la mía… degustar las delicias del afán… sin atreverme tal vez…
Todos en este mundo tienen algo mío, me han quitado algo, me distraen de la vida que está a mi alrededor y dentro de mí, esa vida… esa vida mía…
Imágenes esperan por mí en algún lugar del mundo que solo conozco por fotos…
Y porqué ese apego constante hacia la mujer que deseo, esa imagen vagamente provocativa, suavemente seductora; desencanto rodante, inhibición que fecunda día tras día la imaginación.
Como podré sin mar alguno hacer mis velas hasta su lecho, coordinar mi alma y mis sueños hacia su rumbo, hacia su historia, hacia mi fin… muero ahora… o moriré en sus brazos!
Sin atreverme tal vez yo pueda probar de su alma la mía… degustar las delicias del afán… sin atreverme tal vez…
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