Te añoro con vehemencia… y te imagino quieta… sobre un mar de incertidumbre…
tu mirada colgante y profunda sobre nuestra antología coloniza mi espacio de bienestar,
arrastras de nuevo el pasado y me tumbas con violencia inconsciente…
Ahora eres nostalgia escénica… paradigma onírico… cáliz degradado…
memoria de ultraje… verbo intransigente… tormenta que perdura…
y sin embargo vives… me persigues buscando mi muerte sin alterar el silencio
tan vasto y majestuoso que nos delata…
Un breve viaje al pasado cataliza mis temores y aparece la verdad embargada de mentiras
en frases pulcras y sagradas de Sagot… aún así bendigo a la noche que te trajo a mí…
A oscuras… en silencio adormecido… sin miradas impuras ni prismas cautelosos…